sábado, 3 de abril de 2010
Explorador
Las órdenes eran claras, su misión era únicamente de reconocimiento y no debía traer ningún elemento extraño a nuesto planeta.
Su desobediencia le costó la vida a más de cien de nuestros soldados, muchos más aún siguen ardiendo vivos y el resto estamos en cuarentena.
Desearíamos que aún estuviera vivo para darle su merecido.
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Me gusta un buen. Me gustaría ver un libro de cuentos cortos ilustrados como éste.
ResponderEliminarGustavo
Gracias por el comentario y por la idea. A lo mejor me animo a lo de los cuentos más adelante.
ResponderEliminarLa frase final: "Desearíamos que aún estuviera vivo para darle su merecido" da mucho para una reflexión filosófica sobre la justicia, la impunidad y la inmortalidad del alma.
ResponderEliminarSaludos, "Vítor".
Eduardo.