La planaria aplicada

Con un grandísimo esfuerzo, la planaria se hizo de recursos suficientes para salir de su charco en Xochimilco e inscribirse en una prestigiosa escuela secundaria.

Pero la secundaria es el peor lugar en el que puede caer una planaria indefensa.

Sus compañeros la trataron francamente mal: escondían su mochila en el bote de la basura, la encerraban en el baño, pegaban chicles en sus pantalones.

Pero la situación se volvió intolerable cuando supieron de las habilidades con las que nace una planaria. Usando una práctica de laboratorio como excusa, los desalmados partieron a la pobre planaria por la mitad entre sonoras carcajadas, y de cada mitad surgió una nueva planaria completa.

Evidentemente, esto aumentó el costo de colegiaturas que la planaria y su doble tuvieron que pagar. Desafortunadamente el dinero no se duplica de la misma manera, por lo que tuvieron que volver a su charco en Xochimilco.